Museo de san Isidro y Colegiata de san Isidro. Los orígenes de Madrid
El Museo de San Isidro y de los Orígenes está situado en un caserón castellano al que se conoce por el nombre de palacio de los Vargas. El edificio es una reconstrucción de hace 50 años, cuando se hizo cargo del mismo el Ayuntamiento de Madrid. Según la tradición que viene desde la Edad Media, en el primitivo caserón vivió el Patrón de Madrid San Isidro Labrador, como empleado de la familia Vargas, por eso antiguamente era conocido como la Casa de San Isidro.
El pasado día 17 de enero fuimos a visitar el Museo de San Isidro y de los Orígenes de Madrid. Un grupo de socios que disponíamos del tiempo libre para hacer esta visita entre semana, nos dimos cita a las 10:00h de la mañana en la Estación de Getafe Central con dirección a Sol y desde allí dando un paseo de unos 15 minutos nos dirigimos a la Plaza de San Andrés, que es donde está situado el Museo. Atravesamos la Plaza Mayor, la Plaza del Humilladero y la Cava Baja. Una de las zonas más castizas de Madrid, hasta hace unos años, animada por la actividad de los más variopintos oficios como cordeleros, esparteros, hojalateros y unas cuantas posadas. Actualmente, de aquella actividad, quedan los nombres de algunas calles y restaurantes, habiendo evolucionado, básicamente, a negocios que tienen que ver con el turismo que visita esa zona en todas las épocas del año.
El Museo consta de dos partes bien diferenciadas, por un lado, todo lo referente a San Isidro, cuadros con escenas de milagros a él atribuidos, donaciones de obras de contenido religioso, y todos los elementos del primitivo caserón conservados: la Capilla de los siglos XVII y XVIII, el Pozo del Milagro y el patio renacentista del siglo XVI.
Por otro lado, se encuentra la exposición permanente Los Orígenes de Madrid, esta dedicada a la arqueología madrileña y a la historia de la ciudad desde la Prehistoria hasta el traslado de la Corte en 1561, por decisión de Felipe II.
Destacan en el conjunto las valiosas colecciones procedentes del desaparecido Instituto Arqueológico y del Museo Municipal, que resumen más de cien años de arqueología madrileña. Con interesantes muestras de materiales encontrados en nuestra Comunidad, de todas las poblaciones, culturas y civilizaciones que han pasado desde la Prehistoria. Se completa con unas proyecciones y dioramas donde se han recreado la vida animal y vegetal de la zona, también desde la Prehistoria.
Una vez terminada la visita, nos dirigimos hacia la calle de Toledo y entramos en la Real Colegiata de San Isidro. Visitada ésta, nos fuimos a comer y así dar por terminada la salida cultural.
Museo Lázaro Galdiano
Situado en la madrileña calle Serrano, es un museo estatal de origen privado, alberga una amplia y heterogénea colección, formada con interés enciclopédico hacia todas las artes y técnicas. Este excepcional conjunto, constituido por unas 12.600 piezas, fue reunido por el editor José Lázaro Galdiano, quien al morir en 1947 lo legó al Estado español junto con su residencia madrileña, la sede de su editorial La España Moderna y una biblioteca de 20.000 volúmenes.
El 30 de enero nos esperaba otra interesante visita, El Museo Lázaro Galdiano, un interesante recorrido a través de una valiosa colección de obras de arte.
Tras crearse la Fundación Lázaro Galdiano y adaptarse como museo la antigua residencia del donante (Parque Florido, en el barrio de Salamanca), la colección se presentó al público el 27 de enero de 1951. Desde entonces su prestigio entre los entendidos se ha extendido ampliamente, y sus fondos se consideran indispensables para estudiar aspectos de la Historia del Arte, por lo que participan en exposiciones tanto españolas como internacionales.
Entre sus obras de arte más valiosas destaca el conjunto de pinturas, dibujos y grabados de Goya, con piezas mundialmente conocidas. También hay que citar ejemplos relevantes de El Bosco, Lucas Cranach el Viejo, El Greco, Murillo, Zurbarán y Luis Paret, así como una miniatura en pergamino de Giulio Clovio y dos estatuillas de Giambologna. Pero posiblemente la obra más singular del museo es la pintura sobre tabla El Salvador joven, del estilo de Leonardo da Vinci.
Visita al Museo del Prado
Tener el Museo del Prado a solo 30 minutos de nuestras casas es un lujo que no debemos desaprovechar, por eso, el pasado 19 de febrero, a pesar de la fría y lluviosa tarde, un grupo de socios de la Asociación nos fuimos a visitar el Museo del Prado. El Museo ha repasado este invierno los primeros años de uno de los artistas mejor representados en su colección, se trata de Anton Van Dyck, el alumno más aventajado de Rubens.
Algunos tenían interés por conocer las obras de los mejores pintores españoles del siglo XIX (Sorolla, Fortuny, José de Madrazo, Eduardo Rosales, Vicente López y otros) además del más grande, Goya, que vivió a caballo entre la segunda mitad del siglo XVIII y la primera del siglo XIX.
Para otros, era una oportunidad única, ya que no se volverá a dar hasta dentro de muchos años, ver la exposición temporal y monográfica sobre “El joven Van Dyck” en la que se exponían hasta 95 obras entre pinturas, dibujos y bocetos realizados por Antonio Van Dyck en sus años jóvenes, estas pinturas reflejan claramente la búsqueda de un estilo personal, antes de empezar su vida profesional, que lo diferenciaran de sus maestros, en particular del gran Rubens. He dicho que era una oportunidad única y que no se volverá a dar hasta dentro de muchos años, porque más de la mitad de los cuadros expuestos no pertenecen al Museo del Prado, sino que fueron prestados por otros prestigiosos Museos de todo el mundo.
Todos quedamos gratamente impresionados por la belleza de las obras admiradas y con intención de repetir estas visitas.