Segovia, Riofrío y La Granja

DSCN0194Segovia es ciudad de antigua historia. Algunas esculturas zoomorfas de tosca factura confirman unas remotas raíces celtibéricas; el magnífico Acueducto y otros muchos vestigios de la misma época, su integración en el imperio romano; y las necrópolis visigodas halladas en lugares cercanos, el asentamiento de pueblos germánicos. La ausencia de restos arqueológicos musulmanes y la existencia de uno de los más ricos conjuntos románicos de Europa apoyan la tesis de los historiadores que sostienen que la ciudad fue abandonada tras la invasión islámica y repoblada, a partir de los años finales del siglo XI, por cristianos procedentes del norte de la península y de allende los Pirineos, dirigidos por el yerno del rey Alfonso VI, Raimundo de Borgoña, y por el primer obispo de su reconstituida diócesis, el también francés Pedro de Agen.

acuA las ocho de la mañana del sábado 9 de marzo, salíamos de Getafe hacia Segovia, jarreando con ganas agua de los cielos, lo que presagiaba que sería un día  mojadito, pero los dioses del Olimpo nos protegían, y al poco de salir de los limites getafenses dejaba de llover, y se mantuvo así durante todo el día.

Iniciábamos nuestro recorrido en la propia capital, que junto a sus tres joyas de talla mundial –Acueducto, Catedral y Alcázar– guarda abundantes muestras también del románico, del gótico, del mudéjar… Asimismo su arquitectura civil es muy notable.

Empezábamos visitando el Monasterio de los Carmelitas Descalzos, está situado junto al santuario de la Fuencisla. El templo es de una sola nave con capillas laterales. En la capilla del lado del Evangelio está situado el mausoleo de San Juan de la Cruz, obra realizada en mármol y bronce.

catA continuación hicimos un recorrido por el centro de Segovia, desde el Acueducto hasta la Catedral, para dirigirnos al autocar que nos llevaría al Palacio de Riofrío, en este Real Sitio pasaron grandes temporadas Francisco de Asís, esposo de Isabel II, y Alfonso XII tras la muerte de la Reina María de las Mercedes.

Tras un merecido y reconfortante menú en el restaurante de este lugar, nos dirigimos a otro Real Sitio, el Palacio y los Jardines de La Granja, Contemplar las salas de este inmueble que comenzó a construirse en 1721 al gusto francés e italiano y pasear por sus jardines, llenos de estatuas de dioses, ninfas y otras criaturas mitológicas que dominan los juegos de agua de las fuentes son motivos más que suficientes para la visita. Tras la muerte de Felipe V, la Reina Isabel de Farnesio residió en La Granja durante el reinado de Fernando VI.

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