Palacio del Pardo y Casita del Príncipe

Desde la Edad Media, el Monte del Pardo, que aún hoy conserva una gran riqueza ecológica, era utilizado por los reyes castellanos, y a través de los siglos, se desarrolló un pequeño núcleo urbano en el que destacan además del Palacio, la Casita del Príncipe y los conventos de las Concepcionistas Franciscanas y el de los Capuchinos, fundado por Felipe III.

Fuimos de visita el 7 de marzo a uno de los sitios que, a pesar de estar muy cerca de Madrid, creo que es poco conocido, El Real Sitio de El Pardo, tras la visita al Palacio y una suculenta comida en uno de los numerosos restaurantes, nos dimos un agradable paseo por el Monte de El Pardo, además de ver en su ermita el famoso Cristo del Pardo, una escultura barroca de un cristo yacente de principios del siglo XVII, tallada en madera policromada por Gregorio Fernández (1576-1636). Está considerado como una de las obras maestras del citado escultor.

El Palacio

Enrique IV, en la primera mitad del siglo XV hizo construir un pequeño castillo, que Carlos I reedificó en 1553, y quedó terminado en 1558, ya durante el reinado de Felipe II. El Palacio de El Pardo heredó del castillo medieval su disposición general, con torres en los ángulos y rodeado por un foso.

De la época de Felipe II, se conserva un techo pintado por Gaspar Becerra, y de Felipe III las pinturas realizadas por Carducho y Cabrera. La decoración interior del Palacio de El Pardo tiene como elemento protagonista los tapices, tejidos en la Real Fábrica de Madrid, según modelos pintados por Bayeu, Castillo, y sobre todo por Goya, que para este Palacio efectuó cinco de sus series más conocidas. Entre las obras de arte conservadas destacan el Retrato de Isabel la Católica de Juan de Flandes y el Retrato de Don Juan José de Austria a caballo por Ribera, así como importantes piezas de mobiliario de los siglos XVIII y XIX. Desde el año 1983 es la residencia de Jefes de Estado extranjeros en visita oficial a España.

La Casita de El Príncipe

Construida por Carlos IV y María Luisa de Parma siendo Príncipes de Asturias como casa de campo y retiro particular, se concibió como pabellón sencillo con jardín donde pasar el día sin las formalidades de la etiqueta cortesana.

Juan de Villanueva fue el arquitecto encargado del proyecto. La construcción comenzó el 15 de febrero de 1784 y las obras avanzaron con gran rapidez completándose la edificación en un año. En esa fecha comenzó a amueblarse quedando concluidos los trabajos de decoración en 1788.